Dikt Condena
Impotente tras las rejas
Yo le escuchaba a mi hijo,
Cuando un día
A la semana,
él podía visitarme.
Me decía sollozando:
Papacito, ¿por qué ahora
No te encuentras en la casa?
Tú bien sabes papacito,
Que tu ausencia
Es tan amarga,
Que mi madre noche y día
No descansa de llorar.
Desde el día
En que viniste,
O mas bien
Que te trajeron,
La alegría de la casa
Ha quedado en el olvido,
Ya no hay risas como antes,
Cuando juntos por las noches,
Compartíamos gustosos,
Una broma, un comentario.
Ya no escucho las palabras
De cariño y gran afecto
Que salían de tus labios,
Al llamar a mi mamá.
No podemos evitar
Que las lágrimas delaten,
La tristeza que nos cubre,
En tu ausencia tan fatal.
Estás preso, padre mío,
Y sé bien que también lloras,
Recordando todo aquello
Que no puedes disfrutar.
Y aunque todo es doloroso,
Yo te pido papacito,
Que no acabes tu existencia,
Saboreando del dolor.
Pues si estamos tan distantes,
Nuestro amor está contigo,
Y no dudes que por siempre
Te queremos más y más.
Los minutos, meses, años,
Pronto pasan y verás,
Que al cumplir con tu condena,
Volveremos a reír.
Y abrazados todos juntos,
Lloraremos nuevamente,
Pero el llanto de ese día,
Será de felicidad.