Dikt El ser querido
Soy exactamente igual a mí en el futuro. Sueño hacia arriba y despierto de lado.
Me levanto con el pie izquierdo y con el derecho – legal costumbre – destapo sanitarios desacertados,
También hormigueros. Detesto el sexo de los gatos sobre el tejado y, sin duda, cambio de tema,
Porque no temo morir cuando comprendo que hacia allá me dirijo,
Sin embargo es terrible que hacia allá van los que quiero.
Dejo muchas cosas para mañana porque pienso que están hechas las de hoy.
Bueno ha sido zafarme de las garras de un aeropuerto,
Porque le tengo miedo a la anchura que representa extraviar la altura de una ilusión.
Un perro moviendo la cola y una viejita iluminando con su sonrisa de infancia me dicen que sigo vivo.
Una canción y un payaso en persona fácilmente me hacen llorar.
Disfruto tanto acercarme a Tegucigalpa de noche cuando la descubro desde los miradores sobrada de luces,
Con toda su ausencia de grandes edificios y su banda sonora de perros y disparos al aire.
Aunque intente no puedo escapar de las gotitas de agua que restan de los paraguas y
De mi vanidad sinvergüenza cuando me despeino.
Fácilmente me distrae el sonido de un cortaúñas y cuento malos Chistes que me hacen vivir de risa,
Pero por alguna extraña razón olvido constantemente la felicidad posible,
Porque reaparezco desde cualquier noche frente a ese astro y conversamos, culpables, lunares miserias.
Mi tardío aterrizaje a cualquier cosa que sea por orden de llegada
Me involucra a ser el primero en el orden de las salidas,
Y soy capaz de escribir horas y noches seguidas porque disfruto quitándome el frío.
Sin duda alguna soy como yo en el futuro, sólo que todavía me sirven los ojos para leer, para llorar.
De modo que es tuya la eternidad que me queda.