Dikt La tirana iii (hotel valdivia)
No quiero hablar del medio papelón
Velázquez. Perdóname, pero no había
nadie. No fue nadie a tu estreno
cuando te arrendaste el Hotel Valdivia
para restaurar la Inquisición de Lima
que te quedaba más cerca
y complacer así a tu Iglesia.
Nos recibiste subido en el techo copiado
a la pata a la cola de Miguel Ángel
Y te tirabas desde allá arriba
a hacer volar la pieza principal
de los Reyes Católicos.
Estaban tus peores amiguitas
La Pío Nono, La Carla y La Reina María.
Así fue que tu amigo el prelado buen mozo
que merodeaba por el sector
se persignara como el mar.
La media fiesta, Rodríguez, los pocos invitados
que iban llegando volaban por los salones,
porque los cuerpos iban en el aire, Velázquez
agarrando lámparas y gritando amor
a los ataques inmisericordes de tus perros
No sabíamos cómo monjas salir de ahí
Y ya estábamos pensando en dar la muerte
cuando te vino un fuerte bajón a la cara
y se te ocurrió echar a volar a la mamá
mente fuera de aquí, y verla paseándose
desconsolada por los pasillos del hotel.