Poesía española

Poemas en español


Dikt I

Ya hemos vuelto de nuevo al invierno de la lluvia.
Tocamos la gran piedra y su alquimia
Nos redujo a cenizas.
De nada sirve, pues, la espesa tundra
De pensamientos firmes que tuvimos.
Hemos bajado al cálculo, nosotros,
Los que erigimos torres
Y fingimos silencios previamente.
Nuestras manos comienzan a diluirse, empero,
No quedó ningún verso capaz de pervivirnos.
Hemos vuelto al silencio,
Al oscuro exactísimo que nadie deseamos.
Las gacelas no vierten sus más ligeros pasos
Y hace un frío de vidrio que penetra los huesos.
De regreso al lugar donde nos sobra el nombre,
Nosotros, los oscuros, no tenemos ya tiempo.
Los hijos, espantados, huyeron tercamente
Y sólo somos miedo en las horas nocturnas.
Hemos vuelto a verter, entre la falda
Pútrida de la tierra, nuestras viejas pasiones.
Aquí yacen ahora los más deseados pechos,
Las narices perfectas de algún actor de moda,
Los pinceles secretos que guardara el pintor
Más dentro de sus ojos,
La moral predilecta de algún hijo de Dios
Cuyo hábito podrido nos muestra los girones
De la ambigua materia.
Aquí se desparraman niños,
Vaginas no tocadas convierten en caminos
De larvas su pureza,
Se desafora el pánico de no ser más besado,
Se diluye la fe
Como en un territorio de dioses pequeñísimos
Que corroen la carne, impunemente.
Hemos vuelto de nuevo al jardín del invierno
A convertirnos tercos en suicidas rosales.
Si existe el jardinero que cuide nuestros tallos
Habrá llegado tarde,
La nieve de la duda ahogó todos los cálices
Y en el lugar secreto de la corola muerta
Flotan lágrimas frías.



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Dikt I - Dolors Alberola