Dikt Partir
Ya para entonces me había dado cuenta
De que buscar era mi signo.
J. CORTÁZAR.
Fiel a su manía de partir,
El niño que fui me azota el costado.
Estoy ante el espejo
Y nadie entiende mi ahogo:
Por qué recorro la casa, abro las ventanas,
Y el aire sigue detenido.
Duele mucho este silencio:
La leyenda de puertas tapiadas
Que no dice nada de mí,
Y el tiempo paciente moviendo su garrote.
No puedo cortar el corazón y ponerlo en la sala
A que incite el hambre de los visitadores:
Siempre el sol,
Con sus figuras veloces sobre las lajas del patio,
Trae a mis tardes de abril la inquietante belleza
Y la cruda eternidad del cambio.
Quiero arder en un final que parezca aventura
Y despierte aquella voz de antaño,
Cuando burlaba las vigilancias mejor establecidas.
Quemante, bueno y fiel a su manía de partir,
El niño que fui sonríe, dice adiós, azota gustoso mi costado.
Y las lajas del patio comienzan su largo incendio:
Una curación más palpable que cualquier cicatriz.