Poesía española

Poemas en español


Dikt Éxodos y retornos

¿Cómo te llamas tú?
¿María Leal, la errante?
¿María Angélica Leal, la viajera?
¿María, la muerta?
¿Cómo te llamas tú?

Una gota que cae a las planicies del mar
Pierde el registro de su cristalino nombre
Y transforma en una oceánica multitud.

Todos acudimos a esta danza
Y nos levantamos sin rastros, mustios,
Como las voces de la lluvia
Que no vuelven del mar
Y retornan, en otra travesía,
Al ejercicio circular de los nacimientos.

Los frágiles ríos transparentes,
Por ejemplo,
Donde las majestuosas serpientes fluviales,
Que apresuradas desaparecen
En las mandíbulas subterráneas de los bosques,
Vuelven a reemprender el ritual de sus viajes
En los campanarios de las flores suspendidas
O en los enmarañados ponchos de la clorofila.

Nuestros pies,
Cuando se cansan,
Tropieza en el mismo cuarto,
Pero nada desaparece del corazón de la mujer
Y del hombre que permanecen:
Amando vivimos en un círculo perfecto
Que nos permite alcanzar la paz.

Sólo basta con mirar el rostro de la multitud,
Para saber donde están tus pasos
Y entonces,
Entonces,
Entonces,
Cuando pregunten por ti,
Diré que Alfredo Labbe, sabe;
Que la Myriam, sabe;
Que la Marie y Patricio Ponce con su coro, sabe;
Que la Catalina con su cubano, sabe;
Que el Catoño sabe;
Que Ramón Sepúlveda sabe;
O simplemente,
Diré que estas en un rincón,
Muy callada,
Escuchando a la Nubia que canta.

Y cuando me canse de mencionar
Tantos seres que te amaban,
Al final,
Después de Pablo y Gastón, y Gastón Leal,
Miraré hacia la palabra taciturna de Luis Reyes
Para que hable con toda su afonía.

Mas allá de las cenizas y el polvo,
Prevalecen en los estantes del ojo
Las arquitecturas que se levantan en el corazón
Y nada se desvanece.

Y ahora,
Que la tarde ha caído sobre tu rostro
Y los retratos suben apresurados a las paredes,
No volveré a preguntar por tu nombre
Y tampoco insistiré en tu rostro,
Me quedaré ausente,
Danzando sobre los peldaños de mi memoria
Y allí,
En ese conclusivo vértigo
Hablaré con tu silencio y mi silencio
Y la tarde volverá a encender
Su ritual de permanencia y despedidas.



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Dikt Éxodos y retornos - Elías Letelier