El autor Fabricio Estrada

Ay de los hiperbóreos gatos del ambarino Vístula, ay, de los gatos del Shangri Lá omniásticos y videntes. Ay de […]

Nada es para siempre, aceptémoslo, Lo eterno se inventa para no vernos acabados. Nada dura más tiempo que una vida, […]

I Cierta suciedad en el ambiente. La basura desordenada entre las vísceras del aire. Los amigos viéndome distinto, muy cambiado; […]

Yo serví en las galeras contables, Amarrado a la silla Empuñaba el lápiz remando En contra del cifrado mar de […]

Me tiño los huesos y los acomodo. Con extrema delicadeza Hago con ellos mi plaza fuerte, Los muros que el […]

Se pueden cerrar conclusiones, amanecer estirado o encorvado, una de dos. Se pude intentar un monólogo frente a los objetos […]

En esta esquina, el peón y en esta otra, la torre. Salto como un caballo al centro de la pista, […]

No sé cómo planeó mi padre Hacerme llegar aquel poema de Dalton Envuelto en su pergamino De visita a Tierra […]

Pasé Catorce horas de vuelo para llegar a ella Y ella, Cuatro siglos bogando para atracar en mi asombro. ¡Ah, […]

8:00 A. M. Llego a la hora en punto. De esta forma, el tiempo adquiere matices históricos. Marco tarjeta y […]

Jamás se regresa, volver es un jamás que nunca cede. Veinticuatro horas después somos otros creciendo inéditos, buscándonos, de la […]

Resulta fácil reconocer a un hombre infeliz. Su pecho gira como un cubo de diversas dimensiones. Ángulos y vértices los […]

Todo está en contra del hombre secular: La marea que truena En los silencios de la palabra, La fruta ácida […]

Primera Negación No, yo no estuve en la última cena, pero vi los platos vacíos y el pan enfriándose, el […]

No hablo de calendarios ni de cálculos suplicantes. No hablo del sudor resbalando en el cuello, ni del rasgo, ni […]

Para entonces Los aviones os habrán cortado las manos. El cielo caerá como un pañuelo Y las rutas, serán borradas […]

Cuando sueño con nieve Ninguna hoja en blanco sobrevive. Al despertar, copos de papel llenan con su ventisca Las horas […]

Supongo (y esto se nota, es cierto), que para ser feliz hay que tener mal gusto, cautivar al amor con […]

Con la radio venía la revolución. Por las noches, cuando mi abuela dejaba El responsorial y la estación católica Interrumpía […]