Rimas para tus ojos
(A Elvira) Yo he visto en los salones del Oriente, El resplandor magnífico de plata, De la Hostia enorme que […]
(A Elvira) Yo he visto en los salones del Oriente, El resplandor magnífico de plata, De la Hostia enorme que […]
(Para Valentín Giró, Poeta) El Sol, ya a fin de la jornada, Desde occidente vigila Como una enorme pupila De […]
I ¡Están tocando a muerto las campanas lejanas…! Hablan los viejos bronces de quietud y partida Con esa lengua lúgubre […]
I. En los remansos tranquilos Flota una paz mensajera. ¡Hay un rumor de olvidanzas En estas aguas que sueñan Bajo […]
Lo dice el dejo gris que asaz traduce Un quebranto de amor sobre tu ojera, Y tu enferma mirada que […]
¡Aquel viejo enigmático y sereno, De tristes palideces marfilinas Y miradas de dulce Nazareno, Échase a descansar bajo las ruinas…! […]
(Para Gastón F Deligne, Poeta) Sobre el negro prestigio de su lacia melena Se desprende la lluvia de un millón […]
Labio que en mi labio tu vino vertiste Cuando el rojo beso del amor me diste, ¡qué triste dejaste mi […]
¡Hilos de plata! Hebras de luz de lunas ¡apagadas Sobre las cabezas Y las frentes pálidas! Cera de los cirios, […]
¡Y fue mi anochecer en pleno día, Y el dolor, con su mano despiadada, Partió mi corazón como una espada […]
Oye avaro hambriento que amas la vigilia Porque así el tesoro puedes custodiar. ¡Monstruo de ojos hechos a mirar visiones […]
En sus manos llora como un niño hambriento, Como un niño pobre que pidiera pan, El cordaje antiguo del viejo […]
El mar en calma; la brisa leda Riza apacible la blanca espuma Y sobre el agua tiembla la bruma Como […]
(A S. M Grecia L.) La nota más pulcra que duerme en mi lira, ¡oh! dulce Regina, Princesa de Amor, […]
Es hora del profundo silencio de las cosas. Ya todo, aletargado, parece que dormita Bajo el halago de una pesadumbre […]
Curvado sobre el báculo piadoso En que se apoya la convulsa diestra Y ampara el natural desequilibrio Del cuerpo, que […]
Es el patio angosto de la cuartearía; Es el corto espacio donde en formación Las mujeres lavan todo el santo […]
El hambre, con su rostro demacrado, Que una vez que castiga, no perdona Mientras queda incumplido su mandato, Se adueñó […]
(Para H. Ducoudray) Y trémulo de amor, convulso y ciego, Caí por fin ante sus pies de hinojos Enloquecido de […]
Van los tardos bueyes, paso sobre paso, Bajo los ardores del ardiente sol;… Van por la llanura cuyo campo raso […]