Dikt Pero queda en algún lugar de la memoria
Pero queda en algún lugar de la memoria
Una ferviente voz
Que nos sale al encuentro,
Nos saca del camino hasta la hierba,
Vino amigo nos sirve en su mantel de cuadros
Y reparte su pan por nuestras manos.
Mezquino es nuestro mundo
Si nos borran los mapas de la infancia,
Si subimos sin luces por esta angosta senda
Hacia un monte en tinieblas.
De donde se ve claro
Que más valiera a todos dejar la caminata
Y encender nuestra hoguera,
«juntar y unir el fuego en el madero»,
Y, apretados en torno, compartir la palabra interminable
Que heredamos,
Y abrigar nuestro gozo
En la raíz oculta de la humana esperanza.
¿En qué orilla, por fin,
Poder tactar el pulso sombrío en las raíces,
Poder danzar la danza de algún antiguo corro?
¿Al lado de qué tronco,
El latido de honda primavera?
(Ros marinus de aliento apasionado,
Succionará el romero
El viejísimo jugo de la tierra – mañana, flor azul-).
¿En qué valle reunirnos,
Al lado de que río
-que es la vida sin pausas hasta el mar-?
Contra la espesa, larga noche lenta
-tiempo de maldición –
Será júbilo vivo la hoguera solidaria
Hasta que el musgo brote por la piedra.