Dikt Poema con ventana sin prisa
Era un veintiséis de octubre la tarde se alargaba
Con nubes leves pobres coquetas en un cielo rozagante
Cuando sopla el viento del este con sus blancas mariposas
Como torrente de amor que vuela desesperado hacia el sur
Todo lo veía desde mi ventana
La ventana era alta como mujer delgada
En su contorno apreciaba la delicada textura de los sueños
De todos los curiosos que antes que yo pusieron sus ojos
Para que galaxias lejanas les acariciaran taciturnas
Con párpados rojos que se abrían y cerraban
Voluptuosas
La ventana abierta dos puertas rechinantes
Y en el dintel un pájaro haragán me decía que un veintiséis
De octubre desaparecería fatalmente en un momento
Pero una rendija de vida descendía por la luz
De mil novecientos setenta y tantos contratiempos
Y mi emoción azul era sorda campana que te soñaba
Mujer voluminosa que cabe por una estrecha ventana
Con un poco de fuerza y desparpajo
Bajo el ceño endurecido de los vecinos del mundo
Y la complacencia de quienes saben que todo
Es fugaz como esta llama en que ardo
Se me hacía agua la boca
Y octubre feliz aterrizaba en mi lengua
Llena de soledad oh lupanares del cielo
Mi alma cantaba esa célebre canción
De una infame mujer hermosa como milagro
Deliciosa por su sabor a fuego que mata
La calle se abría espectacular desde la ventana
Que daba directamente a mi cama de madera verde
Y a una almohada construida con tersas crines perfumadas
Mi amor tardaba en llegar
Y con una leve brisa sonaban clac clac los rótulos de cerveza
Y los hilos de la electricidad circuncidaban al espléndido sol
Y mi mano se apoyaba en mis dudas
Y mi desconcierto era balada con algún frenesí
Oía desde aquí la pleamar ubicada al otro lado
De la cordillera que con vegetal resignación se movía:
Me gusta el olor de la playa y su grito de espuma
Y tu huella pequeña con fetidez de misteriosos cangrejos
Y del plankton microscópico que alimenta ballenas
En tu pelo mojado donde la luz juguetona
Rebota oh magia infernal para que mi corazón juguetee
Era un veintiséis de octubre la tarde se abría sin prisa
Pero por ella entrarías rubicunda y gloriosa
Carnes blandas peso completo opulencia bienaventurada
Ni Supermán ni Batman ni el Hombre de Goma
Ni la sacrosanta divinidad de las mitologías fastuosas
Caramba
Era yo y el universo
Mientras como tren pasaba el resto del día
Por eso comparezco hoy y me da risa
Sereno en las confluencias donde todo es trivial
Ante mí mismo quinientos años después
Con una leve caricia en las manos del tiempo
Como cuando las mariposas blancas bajan de la montaña
Rápidas con desorientado corazón sobre los techos
La ventana sin prisa sigue pegada a los huesos
Pensativa se abre y turbada se cierra
Deteriorada en la memoria de un día impasible
Bisagras dentadas para morder los recuerdos
Alta era la ventana como ataúd que se erguía
Sobre un fondo violeta diáfano con nubes
Pero cómo has adelgazado
Mujer en la obsesión de mis manos
Y en este silencio como barco que avanza
En su contorno apreciaba la densidad de los sueños
Y los caracoles donde se escondía el ruido del mar
Y los pájaros amontonados preguntaban qué cosas
Mujer voluminosa que entró a la historia
Sensata sin aspavientos como corresponde al regocijo barato
Era veintiséis de octubre me parece
La ventana transcurría sin prisa