Muerte y resurrección (i)
Antes que de nuevo floreciera la sangre en la piedra de sacrificio había un puerto de días tranquilos como ruidos […]
Antes que de nuevo floreciera la sangre en la piedra de sacrificio había un puerto de días tranquilos como ruidos […]
Eres el único habitante de una isla que sólo tú conoces, rodeada del oleaje del viento y del silencio rozado […]
Ninguna ciudad es más grande que mis sueños. Volveré al invierno del sur cuando las raíces blanqueadas por la lluvia […]
En memoria de Serguei Esenin Sí, es cierto, gasté mis codos en todos los mesones. Me amaron las doncellas y […]
Si atraviesas las estaciones conservando en tus manos hechas cántaro la lluvia de la infancia que debíamos compartir, nos reuniremos […]
Los caballos se detienen. Los belfos de los caballos desordenan el agua y mezclan el rostro de las hojas. Hemos […]
Un hombre solo en una casa sola No tiene deseos de encender el fuego No tiene deseos de dormir o […]
Mi mano pasa a través del espejo de la tarde para hallar al adolescente que iba a la capilla de […]
Para hablar con los muertos hay que elegir palabras que ellos reconozcan tan fácilmente como reconocían el pelaje de sus […]
El vuelo de las aves es un canto recién aprendido por la tierra. El día entra en la casa como […]
De nuevo vida y muerte se confunden como en el patio de la casa la entrada de las carretas con […]
Centellean los rieles pero nadie piensa en viajar. De la sidrería viene olor a manzanas recién molidas. Sabemos que nunca […]
El día del fin del mundo será limpio y ordenado como el cuaderno del mejor alumno. El borracho del pueblo […]
Cuando todos se vayan a otros planetas yo quedaré en la ciudad abandonada bebiendo un último vaso de cerveza, y […]
El invierno trae caballos blancos que resbalan en la helada. Han encendido fuego para defender los huertos de la bruja […]
Me decías que no me enamorara de tu hermana menor, aquella que aún temía a los duendes que salen de […]
In memoriam de Rosamel del Valle La sangre blanca de un cerezo era el anuncio de nuevas puertas. Te marchaste […]
Daría todo el oro del mundo por sentir de nuevo en mi camisa las frías monedas de la lluvia. Por […]
Todas las nubes me anunciaban que tú llegarías cuando despertaba para volverme hacia la ventana secreta de los sueños. Pero […]
Cuando las amadas palabras cotidianas pierden su sentido y no se puede nombrar ni el pan, ni el agua, ni […]