Dikt InÉs h. y maravillas c
No estabas aquí cuando tuve más frío, ni el día de los infortunados sucesos que nunca sabrás,
Ni tampoco aquella noche de muslos pesados sobre mi cadera en llamas.
Y si no quieres buscar allí donde se refugian el fastidio y la saña prueba sin mí.
Verdaderamente que nos hallamos hoy apijotadas, amorcito.
Nos hallamos abocadas al infinito desastre, ése que discurre por los cuerpos más desconcertados,
Los que nos pertenecen y los otros que ya fueron nuestros, tantas niñas para ti,
Para ti que eras perversa y que no conocías suficientemente la palabra disfrute.
Manos que no son mis manos si el amor se embrutece y no hay lugar para mí,
Lo mismo que los héroes acostumbran a hacer por la noche, se orinan de miedo y dicen que no.
Todas somos más putas ahora.