Dikt La nave fantasma
-¿Has oído, Joaquín? Del mar y el viento,
Dominando el rumor,
Me pareció escuchar hace un momento
El grito de «¡Babor!»
¿Qué será? De prudencia es el aviso,
Y algo debe pasar:
Aún las Azores desde aquí diviso;
¿Si iremos a encallar?
Sereno el cielo está; la mar desierta,
Los astros copia fiel:
¿Qué significa la señal de alerta
Que dan al timonel?
¿Nada ves?-Del Atlántico la alfombra,
Sin principio ni fin…
-¡No! Yo distingo lejos una sombra…
Ya sé lo que es, Joaquín.
Mira: un bajel perdido y sin gobierno
Entre las olas va;
La cólera lo empuja del Eterno:
¿Dónde lo llevará?
En vano le hace señas nuestra nave,
Truena en vano el cañón:
Sólo el profundo mar la historia sabe
De su tripulación.
¿De qué puerto de América o de Europa
Salió el roto bajel?
¿Qué nombre escrito llevará en la popa?
¿Cuántos iban en él?
¿Será tal vez la suya nuestra suerte?
¿Desecha tempestad,
Combate inútil, ignorada muerte,
Silencio y soledad?
Las doce son; acaso en este instante
Alguno piensa en mí,
Y – Dios tenga piedad del navegante –
Murmura para sí.
Media noche, Joaquín; pues no hay remedio,
Volvamos al cajón;
La vista de esas olas me da tedio;
Huele a panteón.
EPÍLOGO
A la mañana del siguiente día,
El sol al despuntar,
Un cadáver flotando se veía
Sobre el tranquilo mar.
Triste despojo de la nave sola,
De ella flotaba en pos;
¡Un momento después barrió una ola
El surco de los dos!