Poesía española

Poemas en español


Dikt Obscenidades para hacer en casa

Hoy no me has vuelto a permitir que te ame
/siempre la misma
Negativa silenciosa puedo adquirir el ronroneo
/místico
Para situarme a tu espalda desnuda desdoblándome
No has permitido y el miedo vuela otra vez con el
Camino atado en la garganta
Y la manera más sutil de volverte a mirar día tras día
Se soporta en medio de un pequeño murmullo de odio
Y no debía ser así
Hemos de amarrarnos mutuamente las cintas
De los zapatos aquel par que para comprarlo
/dimos vuelta y media
A la ciudad cansada y terminamos la velada
/simplemente besándonos
Pienso entonces que tu amor se desmorona en celos
Como un pálido paquete de úlceras derretidas
Que me das entonces sino mas bien un tibio
/regalo de frutos
Agrios que me das sino la tristeza de carecer
/en absoluto
De amor de sensación despierta pero tú estás
/coronada
Hediondamente de prejuicios engastados en
/joyas milenarias
De ídolos tenaces y un camino oscuro desde tus ojos
Senos diminutos memorias disfrazadas de coraje y deseo
Pequeño pubis dame una solución para mi mundo
Para nuestros mundos contrahechos seminales dame
Paciencia y valor para hacer cosas ultrafilosóficas
/para tomarle
La medida al hombre dame una medida que
/carezca de una
Mancha de sangre pero estoy seguro estoy firme
Que no hay que no sentimos el fétido olor a muerte
A excrementos a héroes encadenados y pudriéndose
A pedazos
Quiero darte mi mundo interior quiero hacer
De nuestro acto sexual una especie de trasplante
Una lluvia de sudor lentamente caliente
Una destrucción ejecutoria de tu cariño que escucho
A la distancia pon mi cabeza en tu pequeña guillotina
Tú que cuentas líquenes y algas entre tu familia tú que
Abrazas suavemente como una mordida de oreja
Toca una sonata en esta cuerda sola que resiste la
Violencia y la astucia del mundo y que los camaradas
Sigan bailando su canción de amor entre las huelgas.



1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (2 votos, promedio: 3,50 de 5)

Dikt Obscenidades para hacer en casa - Mauricio Marquina