Dikt Con el tiempo a la espalda
Con su sueño y su lanza, con su arrojo,
La juventud pasó por esta calle.
Fue un tiempo ya lejano. Había alondras
En símbolos de nobles madrugadas
Trazando dimensiones de futuro.
Y fue en aquella fase. Dispusimos
Bancales y barbechos, sembraduras
Para un pueblo en creciente. Trabajamos
En el silencio, a veces como topos,
Con la desconfianza de la piedra
Que resbalar podíamos. Entonces
Todo nuestro ejercicio se hizo forma
Personal, surtidor de una inefable
Aventura. Era nueva, era flamante
En nuestros ánimos el agua que,
Desde la calle, en juventud, regaba
Los campos hasta entonces desolados.
La edad tomó el dominio, su poder,
Como quien toma a juego los presagios.
Alas, hermosas alas le nacieron
A los amaneceres de la historia.
Crecieron con nosotros, con los métodos
Que dieron el cultivo a la cosecha.
El pueblo, a su manera, con afán
De despertar auroras en sus casas,
A punto los relojes, en buen número,
Hizo sonar los timbres, comenzó
Una nueva jornada, un caminar
Más firme, más desnudo y anhelante.
Impávidos los pies, al empedrado,
Bordaron un escudo en su andadura,
Algo que fue estandarte, gallardete,
Cuando, por esta calle y a su modo,
Pasó la juventud de sueño y piedra,
Sensible y dura, símbolo de auroras
Para largos caminos sin retorno
En donde la esperanza echó raíces.