Dikt Ellos, los enemigos
Quisieron detener tu impulso azul
Para que en tu clima de maíz sonoro
Se apagara la llama musical de tus hojas,
¡La verde llama que en primavera canta!
No querían el aire de la abeja.
Ni la música de los arco iris.
No querían el campo con suaves mariposas.
Ni la alegría de un niño campesino.
Ni la paz en la choza.
No querían olor de madera en el Petén.
Ni caucho que sonriera.
No querían tu orquídea delicada
Para la tumba de un soldado de tu gran Revolución
De Octubre.
No querían que las madres de tus hijos
Tuvieran lecho, mesa y pan.
Ni música en el campo
Para alegrar la hora de la recolección
De la cosecha propia.
Ellos querían retener la noche;
La noche amplia y llena de cadáveres
Donde quema su espina de sangre Jorge Ubico,
Donde Manuel Estrada Cabrera cuenta sus escorpiones
Y las espaldas heridas de los hombres.
Ellos querían sostener la noche
Que humillaba tu nombre, Guatemala!
Pero tú, germinal y única,
Volviste tus ojos al pueblo doloroso
Y le diste tu mano
Y juntos entraron en el gran combate.
Maíz y Paz.
La dulce tierra prieta para todos los hombres.
Ahora puedes ir a despertar a Bolívar y decirle:
¡Capitán,
Ya nació la justicia en Guatemala!
Del Libro: Cristoamérica