Dikt Salir
Salir.
Un paso al frente
convencidos mis pies
iban en busca
de los cuatro costados:
risa y gesto
alegoría y espada.
Abierto a lo imposible
de par en par mi traje
exhibiendo la piedra
mil tallas por la torso
de aluminio
en la ciudad
que me vestía de Esfinge.
Sólo di un paso atrás:
fruta difunta
en mi deseo
y mis dientes.
(1 votos, promedio: 5,00 de 5)Poesia similar:
- Dudas del astronauta todo regreso es imán de la posición de equilibrio. José Carlos Becerra Desde el balcón del universo el astronauta acaricia […]...
- OrÁculo contra la ciudad Un árbol vive y puede pero no clama nunca Ni a los hombres mortales arroja nunca su sombra V. Aleixandre: […]...
- Petroglifo del sueño Ama esta piedra: turquesa de nación transfigurada en voz y trasvasada de inmemorial aroma. Piedra de mi silencio pulida de […]...
- La historia In memorian Rosa Casal Junto a un apeadero de tren, ya fuera de servicio. Bajo el inmisericorde sol, un verano […]...
- Una piedra caliente Una piedra caliente. Un rostro encerrado en la oscuridad de los días. Un vientre que el tiempo desdibuja y, Entre […]...
- Ejercicios de natación Nadas. Ríos. Nadando en la avalancha De lo ausente. Nadas siempre abiertas Para entrar Pero imposibles de llenar Una sola […]...
- Fin de otoño (Al regresar de East Hampton, luego de visitar al poeta David Ignatow) Un hombre ataja por un campo abierto. Su […]...
- Construyamos un puente Un paso obligado Para ir y venir Sin miedos, Ni restricciones Levantemos un puerto Un sitio donde regresar Donde quedarse […]...
- Crepúsculo ¡Ven, que quiero desnudarme! Ya se fue la luz y tengo cansancio de estos vestidos. ¡Quítame el traje! Que crean […]...
- Amanecer Ya a las ocho, lo vemos salir, Cálido y tenue todos lo notamos. Me he asomado, y su reflejo he […]...
- Luz en contra Envueltos en la sombra Avanzan ojos, luz y eternidades. La balsa ancla su inmóvil lucidez En la proximidad del paraíso. […]...
- Ausencia de amor (ii) Amado Hoy te he buscado sin hallarte por entre mi ciudad y tu ciudad extraña, Junto a alquerías errantes guardadas […]...
- La blanca soledad Bajo la calma del sueño, calma lunar, de luminosa seda, la noche como si fuera el blando cuerpo del silencio, […]...
- Al íntimo cuadrante del nosotros Al íntimo cuadrante del Nosotros la Vida nos reclama, imposible imposible oponerse, nuestros cuerpos se atraen con la fuerza del […]...
- Viento, agua, piedra El agua horada la piedra, El viento dispersa el agua, La piedra detiene al viento. Agua, viento, piedra. El viento […]...
- Piedra de sol (fragmento v) oh vida por vivir y ya vivida, tiempo que vuelve en una marejada y se retira sin volver el rostro, […]...
- Primer día (soneto (ii) El mar, el mar y tú, plural espejo, el mar de torso perezoso y lento nadando por el mar, del […]...
- Aire libre Si algo me gusta, es vivir. Ver mi cuerpo en la calle, hablar contigo como un camarada, mirar escaparates y, […]...
- Quisiera no decir ni adiós ni ayer ni olvido Quisiera no decir ni adiós ni ayer ni olvido Aun cuando el hombre sigue Despidiendo a la vida en su […]...
- Cada poema Cada poema un pájaro que huye del sitio señalado por la plaga. Cada poema un traje de la muerte por […]...
- Albaida Recuerdos de una ciudad en la que nunca estuve. Sus casas blancas, de paredes blancas Como blancos fantasmas condenados A […]...
- El viaje inútil Todo era azul en la primer salida Azul la embarcación, azul el puerto. El corazón, hacia la luz abierto, Soñaba […]...
- Como tú Así es mi vida, piedra, como tú. Como tú, piedra pequeña: como tu, piedra ligera; como tú, canto que ruedas […]...
- Insomnio Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche […]...
- AscensiÓn a la rosa Helada en el susto verde Te soñé Latiendo en las claridades Vientos sin rumbo alumbraban Tu sangre viva en la […]...
- Como espiga llena de luz Como espiga llena de luz, Bajó a la oscuridad A ilusionar la tierra, la poeta Soledad Álvarez, hija De la […]...
- Portas faxeiras Perdida en un café de esta ciudad de niebla y de soslayo, oyendo una música vieja que no sé dónde […]...
- Playa A Federico García Lorca Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Yo […]...
- Huele a limón Huele a limón con el viento del este O quizás a las hojas de la yerbaluisa. Fantasmas de mis días […]...
- Soneto de la rima pobre Me das tu pan en tu mano amasado, me das tu pan en tu fogón cocido, me das tu pan […]...
- Miedos I No le tuve miedo a la desnudez del niño ni a la oscura palabra del hombre. Sólo me espantó […]...
- Petrópolis bajo la niebla Porque no era válido salir a buscar el fuego del mar detuvimos los pasos frente a la tarde campana llamando […]...
- La ciudad I De la ciudad no puedo decir nada porque llegué dormida como quien llega al mar a no pensar. II […]...
- Ciudad de mis ojos Las campanadas tienen duende y las fuentes son nómadas. Los árboles extienden su cultura con la Amistad del hombre y […]...
- Cruces De golpe es muy extraño sobrevivir, recordar a la mujer hechizada y no el momento en que se fue: más […]...
- Hojas de tilo A Efraín Barquero Perdí esos caminos por donde otrora pasé tantas veces, apresurado, Huyendo de una montaña a otra a […]...
- Razones de fondo «Por qué no escribes de día» Me dicen las palabras «De noche nos gusta salir a bailar Tomarnos un trago […]...
- Piedra Nadie oye lo que la piedra guarda dentro de sí. Insignificante, es sólo de ella, como el dolor, Atrapado entre […]...
- La educación por la piedra Una educación por la piedra: por lecciones; para aprender de la piedra, frecuentarla; captar su voz sencilla, impersonal (por la […]...
- Perfeccion Perfección Algunas personas creen en existencias de la perfección La vida nos hace creer que es imposible La realidad, la […]...