Dikt Xv
Y aquella veste negra de la esperanza
Se enredaba en los días del hambre
O en el miedo
Que la braña elegía para hacers e presencia/
Sobre la luna vieja de semillas que fueron pan largo para todos
Y hoy se aduermen/ inanes/ como frutos marchitos
De las entrañas rotas/
Qué lejos de las lágrimas
Contra el viento del viento y los sueños redondos
De regresar al alma de los hogares blancos/
Comezón del principio/ orígenes y lluvia
Que traspasa los cercos/ las lindes/ los milagros
De un mundo prodigioso por esencia/
Qué lejos del invierno y de la roca
Por amor de un atlántico destino
Sin conocer la voz del que no supo tierra/
Cómo resuenan roncos
Los gemidos azules de un pantalán de estelas
A través del deseo no prohibido/ una caricia al aire
Y este frío desnudo como luz del dolor/
La serenata que se atreve a nombrar
De otro viaje la suerte
Y un recuerdo de olas contra la noche muda
De todos los instantes/ ansiosa
Desnudez para un regreso que nadie prometía
Ni en el fugaz ademán de los adioses/
Ni en las miradas tibias de las albas/ ni en el absoluto
De los crepúsculos que nombran la tristeza/
Cómo resuenan roncos los gemidos azules
Sobre una luna vieja de semillas en duelo
Contra el viento del viento
Que nadie prometía/
Ni en el ademán de los adioses/
Ni en la tristeza del crepúsculo/