Poesía española

Poemas en español


Dikt Xxiii

Espacio de ceniza que converge en un alto desamparo/
Nube ciega que agita sin insidia
La desunión del cándido vacío/
Donde arriban los ojos
Y te aclaman de nadie en cada hueso fértil/
Por tanto amor de costa entre los dedos rígidos
Como un puño en marfil bajo otra noche
Que se enciende/ es de fe/ contra los cantos
Y nadie grita ya
Sino la música en leve inarmonía/
Esmerada en doler esta memoria
Aplicada en gemir
Lluvia en el signo de húmeda vertiente
Que desliza hacia ti la boca en alma
Como un amanecer de ensoñaciones/
Mientras todos los gestos te sumergen de pronto
En una nave fría que no surca
Sino ilusión de un mundo
Su presencia
Su ademán de verdad
Su sombra ronca
Frente a la magnitud inane de lo cierto/
Como una enredadera de caricias
Una insólita y clara confidencia
De todos los perfiles entregados/
Llorando de los ojos cada perfume amargo
Para esta noche sabia en que regresan/
Cuando después de todo
Es sólo una palabra entre tantas palabras/
Un eco de palomas
Porque se acerca el tiempo tendido de la costa/
Rostro de nieve en busca de ti mismo/
El ansia capital de aquel andarse
Sin saber si creer la cruz del tiempo
Sobre la luna vieja de semillas que fueron
Pan largo para todos/
Viento de proa al alma banderiza/
Esos instantes puros de diamante
Te habrán de conmover después del mundo/
Después de todo un mundo sucesivo/
Moldes de una caricia reducida al encono
Pedro Luis Menéndez, Memorial del navegante 28
Tripulantes sin sueño de una nave ya amarga/
Tu estela como un muro de presencia a tu paso
Alertará a la costa pasión del continente
Para luego abrasarte poderosa
De portento y de luz
Sonora alba/
Hermosa por llorar tanto delirio
Tan feroz y feraz como la muerte
Tan inhábil tan dulce tan infierno/
Como un fuego cruzado sin respuesta
Su boca de dragón que asola al mundo/
Enhiesta trinidad/
Fiera mordaza/
Qué relumbre de espejos se celaba en la bruma
Para todo el futuro
Después de Dios y un pálpito en el pecho/
Islas de pedrería/
Mascarones tensados del salitre en la sangre/
Donde estaba ya el hombre/
Espacio de ceniza que converge
En una nave fría que no surca
Sino ilusión de un mundo
A su presencia



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Dikt Xxiii - Pedro Luis Menéndez