Dikt Dieciochoavo anuncio
«Yo baño caracoles fétidos, la muerte mientras tanto
camina lentamente»
Armando Uribe
Oh esencia negra que cuelgas como vestido
algunos viajan hacia ti, nosotros te tomamos
para que nuestra sed sea un castigo para las aguas.
Algunos viajan hacia ti con naipes y muebles
nosotros te tomamos para calmar la serpiente de miles de bocas
que anda casa por casa, playa por playa,
vendiendo el disfraz de la cicatrización, bajo un sol de otoño.
Algunos levantan el vestido y encuentran manicomios submarinos.
nosotros aún mentimos, les decimos a nuestras mujeres que Irán con
nosotros
pero solo a una le llegamos a decir:»Te prometo que aunque las víboras
destronen la lluvia,
tus filos seguirán cantando, aún bajo la luz de esa estrella que no
muere
ni deja morir».
Si mujer, la noche esta enterrada en tu lengua, por eso es tan bella tu
sed.
algunos antes de partir, cristalizan su hermandad, me ponen un anzuelo
maldito,
por eso amaneces con un feto de cera entre las piernas
y yo debo sacarlo los domingos, llevarlo a la rueda de la fortuna, que
de
mil vueltas
que vea como los esqueletos gigantes se apoderan de los cementerios
no es verdad acaso que si los días tuvieran la originalidad de dios,
las piedras no nos habrían dejado escapar
estaríamos presos todavía, sostenidos por un ojo, sin saberlo,
pero ay no ponemos acaso espejos dentro de las cavernas y los adornamos
con guirnaldas
y detrás de nosotros siempre aparece aquel ojo, al que le han puesto
precio los demás ojos
y creemos que es nuestro hermano muerto, y nos sentimos culpables.
tanto como aquella vez que pusimos un feto de cera entre tus piernas, y
te
masturbamos con él
entonces la sombra de un latido huracanado iba abriéndose camino,
iba extendiéndose como un paraguas bajo el que algunos se esconden
para ver a los ángeles enrollar las cavernas y guardarlas como
pertenencias propias.
Nadie dudaría que ojos y fuentes son validos para el viaje,
más validos que cualquier otra pertenencia que se transparenta al
instante
de partir
es que tanto ha ahondado en nosotros que ya no sabemos cuando estamos
debajo del mundo o no
con una sangre desértica que no cuenta ni con ojos, ni con fuentes,
a la hora de amar, al instante de partir, tú lo sabes, mujer
tantas bocas, pezones, piernas, significan que la tormenta engrana las
vidas
déjame andar con la mentira congelada en la frente
yo descoseré el vestido, antes que amanezca, me ayudaran fetos de cera,
hermanos muertos
el tejido sin querer ira formando otro vestido aún mas grande
nos debatiremos a muerte por ser el primero en levantarlo
y hay tantos que ya vienen en camino, y tantos que no pidieron viajar,
y tantos que disfrazan con algas su oxidación como muestra de
catástrofe.