Dikt Pax
El día es nuestro Señor:
han llegado
el reposo de la espada
la quietud de la flecha
la inocencia del misil
el frío de los fusiles
el crujido de la ceniza
el cansancio
de todas las banderas.
Señor
es nuestro el día:
en la sangre mezclada
de mujeres y gallinas
de infantas y muñecas
de hombres y caballos
caen monedas extranjeras
y trabajan los hijos
de la mosca azul.
(2 votos, promedio: 4,00 de 5)
Poesia similar:
- Daría todo el oro del mundo Daría todo el oro del mundo por sentir de nuevo en mi camisa las frías monedas de la lluvia. Por […]...
- Un paseo por el piso Vamos arando dijo la mosca Dijo la mosca vamos ya Vamos que vamos mosca Que moscas Vamos arando tralalá Vamos […]...
- A qué mentirnos ¿A qué mentirnos? Vivimos, gran Quevedo, vivimos tiempo que ni se detiene, ni tropieza, ni vuelve. ¿A qué mentirnos con […]...
- Ejercicios de soledad Estamos solos la mosca y yo en esta tarde de sábado. No intento sorprenderla como ella, que surge sin saber […]...
- El mendigo Al pie de una cuesta olvidada o llovida, Al pie de una ajena infancia acaso, detrás de la tierra Y […]...
- La mosca y el aguila (fábula) Una mosca que, posada en el estiercol, Pasar, volando, vio a un águila altiva, Herida en su orgullo, envidia viva, […]...
- Señor Señor…. Dame las fuerzas para seguir viviendo Ilumina mi día dándome las fuerzas en cada amanecer No permitas que nadie […]...
- Ofertorio Rota y muerta, Señor, tan astillada y pertrecha y fugaz y arrepentida y segura y dudosa oscurecida, triunfadora y vivaz, […]...
- Oración del todopoderoso Todos somos hijos de Dios (de la puerta del templo para adentro. Mientras oramos para que las cosas prosigan como […]...
- Tibia de azul El cielo, los mares y los ríos que huyen Juntan su lenguaje en tus pupilas inmaculados, En tus cabellos la […]...
- La plegaria de los niños » En la campana del puerto ¡ Tocan, hijos la oración…..! ¡ De rodillas…, y roguemos a la madre del […]...
- El día tiene el don El día tiene el don de la alta seda, pétalos desandados por el pie de la noche, monedas en corolas, […]...
- Los murciélagos Los murciélagos se esconden tras las cornisas Del almacén. ¿Pero dónde se esconden los ………hombres, Que vuelan la vida entera […]...
- La zarza de moisés (los caaballos) La niebla es los caballos cuando respiran: de sus ardientes pechos sube a sus bocas, como una nube blanca se […]...
- Depurando agasajos de un de Insiniestrado milagro Por la atemperanza Eterno logrado Lleno de esperanza De hinojos, avocados De costillas, colocados De alas, alados De […]...
- Poema en la consumación De una mujer traumada y un hombre traumado No pueden nacer hijos. De un hombre traumado y una mujer indecisa […]...
- A mis hijos A mis hijos. A mis hijos les dejo mis alas, para que puedan volar si así lo desean. A mis […]...
- Algo sobre la muerte del mayor sabines (iv) Vamos a hablar del Príncipe Cáncer, Señor de los Pulmones, Varón de la Próstata, que se divierte arrojando dardos a […]...
- El hogar de mi padre La fronda ha vestido a las colinas y un remanso de azules decora el cielo con serenos cristales, Hay paz […]...
- Rimbaud No tenernos talento, es que no tenemos talento, lo que nos pasa es que no tenemos talento, a lo sumo […]...
- Sobre la mesa leo el diario Sobre la mesa leo el diario. Es atroz el cielo de los quebrantahuesos, la gravedad de las noticias invisibles. Usted […]...
- Alquilo mi cuerpo Señor, señor, me vendes emoción Antes que todo descarte el machismo Evada la lujuria Desvístame de la sumisión Joven, joven, […]...
- Enfermedad Como un fuego que te sacude el interior Viene la enfermedad, La maquinária maravillosa De nuestro cuerpo Puede fallar. Fisico […]...
- S. o. s óseo (i) Calambombo nuestro, blanquísimo fémur de la vaca que cuelgas en las carnicerías, «dadnos hoy nuestro caldo de cada día»… los […]...
- TodavÍa La cama es tibia y la muerte Nos mira de lejos aún. Pero nos mira. Hay muerte diaria En la […]...
- Porque vamos sin alas PORQUE VAMOS SIN ALAS a las nubes de olvido, Porque es nuestra la misma vagoneta de vida, Porque somos la […]...
- Eli, eli Veo tanta miseria señor tanto dolor tanta muerte injusta adelante atrás a los costados tu gente sedienta hambrienta dolida Son […]...
- Soñar y soñar SOÑAR Y SOÑAR Al dormitar y al levantar es bueno soñar, Soñar que vuelas, que tus alas te ayudan a […]...
- El señor que lo veía Porque en dura travesía era un flaco peregrino, el Señor que lo veía, hizo llano mi camino. Porque agonizaba el […]...
- Hay días en que la los gatos anuncian la llegada de los ancianos Hay días en que la los gatos anuncian la llegada de los ancianos y trabajan los ojos para esconder los […]...
- Danza Danza No quiero que sea negro, solo quiero que sea claro, Siempre claro como el azul del cielo, Donde baño […]...
- A jesús en la pasión Señor, quisiera ser tu cireneo, Cargar sobre mis hombros tu suplicio, Trocar el Gran Pecado en sacrificio; Limpiar mi ardiente […]...
- Para cantar Los caballos se detienen. Los belfos de los caballos desordenan el agua y mezclan el rostro de las hojas. Hemos […]...
- Relatos (iii) El abandono silba llamando a sus amigos. La noche y el sueño amarran sus caballos frente a las ventanas. El […]...
- Prólogo Mi corazón está aquí, Dios mío. Hunde tu cetro en él, Señor. Es un membrillo Demasiado otoñal Y está podrido. […]...
- Las hojas de otoño Las hojas de otoño caen inevitablemente. Como el adiós de nuestro amor Como montículos de recuerdos. Creo no poder olvidarte. […]...
- Composición: la primavera La silla blanca con sus huesos descansa en el jardín. Los pinares se encienden cerca de otras playas. Ningún árbol […]...
- La cuesta del asomante Deja, jibarita blanca, deja que el jíbaro cante y que a medianoche suba la Cuesta del Asomante. Deja que el […]...
- El viaje inútil Todo era azul en la primer salida Azul la embarcación, azul el puerto. El corazón, hacia la luz abierto, Soñaba […]...
- Peregrinaje Te encuentro en la alondra de los ríos, la hiedra, las cúspides absortas. En el barro, las conchas, las cortezas, […]...