Dikt Padre de la patria
Hay un hombre llorando junto a un sauce
Su tristeza es inconmensurable
Ligeramente un retumbar de panoplias y bardas estorban
Su huida
Lo han sacado del pedestal donde lo situaron como héroe
Ya no hay contraseñas ni oficios de resguardo que lo amparen
En el palacio.
Tiene una mano ensangrentada, al escapar por lugares escabrosos.
Inquieta la mirada como rata sucia
Más tarde, el repudiado duerme como un vago a la orilla del camino
O en la oscuridad de una acequia.
Escasamente su esqueleto respira de cansancio
Pronto lo cogerán y será izado en la Plaza Mayor del pueblo.
Acerquémonos a la explanada, a contemplar
la multitud que intenta atrapar al bastado.
Hoy no es nuestro juego, ni seguir los compases de los tambores
Ni asistir a las penas de los vencidos.
Una vez que lo cuelguen dejará de ser el Padre de la Patria
O tal vez ¡me equivoco!
Entre los muertos siempre habrá cuerpos con rostros de vivos
E individuos que serán llorados con los años.