Dikt El poeta y la luna
En medio de un cristal de ecos
El poeta va por la calle
Sus ojos verdes de éter
Abren cavernas en la luna.
La luna vuelta de costado
Erizada de lujuria
El poeta, alocado y blanco
Palpa las nalgas de la luna.
Entre las esferas brillantes
Centellean pelos dorados
El poeta, de mirar durmiente
Entreabre el peine de la luna.
En flujos de luz y agua
Palpita la herida cruda
El poeta todo se lava
De palidez y dulzura.
Ardiente y desesperada
La luna se gira en decúbito
La venida lenta del espasmo
Agudiza las puntas de la luna.
El poeta le acaricia los brazos
Y el vientre que se menstrúa
La luna se curva en arco
En un delirio de voluntad.
El gozo aumenta de súbito
En estremecimientos que perduran
La luna vira el otro cuarto
Y queda de frente, desnuda.
El orgasmo desciende del espacio
Deshecho en estrellas y nubes
En los vientos del mar pasa cerca
Un salitroso olor a luna
Y la luna, en el éxtasis, crece
Se dilata y eleva y hierve
El poeta se pone en oración
Ante la belleza de la luna.
Después la luna adormece
Y mengua y se apacigua…
El poeta desaparece
Envuelto en cantos y plumas
Mientras la noche enloquece
En su claustro de celos.