Dikt Regreso
La bruma se había marchado
Entre gigantes quiméricos de hormigón
Y acero
La polución ganaba la tarde
Escombros terribles caían como
Huellas últimas de los apocalipsis y
Grúas altísimas se anunciaban cual titanes
De pretérito futuro armado de hormigón y acero
Extrañas máquinas iban dejando tras de sí
Nerviosos abismos
Habían olores extraños de aires oxidados
Mezclados de carburantes quemados
La ciudad gris estaba alumbrada
Con los últimos fucilazos de la tarde
Allí las avenidas sucumbían
Al rito vertiginoso de automotores
Al vendaval de tempestuoso claxon
Sin el rojo y el amarillo y el verde
De los semáforos
Automotores en estampida como fieras futuristas
Y las calles habían perdido el nombre
Las multitudes pasaban cual torrentes amorfos
Desbordándose de las aceras
Agolpándose en las encrucijadas
Caminaban cabizbajo sobre tapiz de basuras
Ignorando olores acres subidos de los desagües
De la desidia
Las multitudes sin mirada y sin rostro
Y no había emporio ni escaparate
Ni plaza ni golondrinas en las cornisas ni
Palomas en los monumentos
No estaban los mendigos en los portales
Ni enamorados en la estación del autobús
No habían estudiantes vagabundeando
Ni miradas ni sonrisas
Faltaba el quiosco y la vendedora de periódicos
En la esquina de siempre
No estaba la florera en el bulevar
Pregonando ¡rosas!
No se miraba el gesto de adiós
De una mano emocionada
Tras la ventanilla de un auto
En el teatro no había cartelera
Y no hubo silbatos de trenes
Todo era multitudes amorfas sin mirada y sin rostro
El barrio de las mocedades y los juegos infantiles
También había sucumbido
Entre laberintos de condominios prefabricados
Y los escombros de los terremotos
Se levantaban mamposterías grotescas y rejas terminadas
En puntas de lanza como advirtiendo una nueva guerra
No habían más amigos y no habían vecinos
La familia estaba distante y el tiempo estaba removido
Los recuerdos eran una postal desteñida
Esa era una ciudad extranjera
En un país extranjero
De nuevo había que partir.