Dikt Poemas de la ausencia xii
Quisiera
Hurgar contigo las cosas más pequeñas y, una vez
Desnudas, crearlas en pinzas de madera y en cuantas
Atalayas dominar pudieran
La arrogancia infecunda de los hechos, cortar
Contigo el cordón umbilical de las auroras,
Germinales pretextos, pedernales del rayo
Matutino, palabras del barro más humilde
Y que mueren apenas en los labios sin el eco
Perseguido en los oídos, ocultas para siempre
Entre los gritos, pues sin duda
Vence el grito a la palabra y las bravatas
Arrecian más que nunca, despellejan
El alma en mil jirones, nos quedamos
Más mudos si cabe todavía, en la espera
De un tiempo mejor para el deseo.
Aquellos
Deseos primigenios, aquellas intenciones
Que hicimos de barro cantadero, de argamasa,
Aquel peregrinar por lo sencillo
Trillando con los dedos las estrellas, y que ahora
Han huido en desbandada, se han perdido
A tientas buscando otras regiones, los parajes
Del amor sin apariencia, el vuelo
Más pobre de la nada.