Dikt El hombre debe ser como el árbol, ll
Sus hojas la alameda
Perdió en el camposanto.
El otoño inclemente
Las secó y, como agravio,
Con la parda hojarasca
Extendió un manto lacio,
Que con vientos de fronda
Ensució el santo osario.
El pinar, mal vecino
Que rodea su espacio,
No sirvió de trinchera,
De guarda o relicario,
Y al frío congelante
La abandonó reacio,
Ignorando a la hermana
De un ayer milenario.
Igual el hombre necio
Que pretende ser sabio,
Ante el suceso adverso
Se siente solitario.
Desconoce el camino
Del vivir sin resabios,
Y prefiere imprudente
De su ardiente incensario
Proferir humo negro,
Citas de verbo zafio;
Que revierten en su alma
Un efecto contrario
Al que con impotencia
Pretende con sus labios.
Si pierde el hombre altivo
Su ajuar de millonario,
Quizás descansar debe
Porque se siente lánguido;
Pero nunca frustrarse,
Ni saltar de alto andamio
Provocando su muerte;
Sino en plan visionario
Sagaz e inteligente
Forrado de titanio,
Debe subir rasante
A otro esfuerzo que ingrávido
Le lleve a triunfos nuevos
Inmunes al escarnio…
Como cada año el álamo
En otoñal calvario
Pierde todas las hojas
Y las repone rápido,
Pues en la primavera
Luce nuevo vestuario;
Y ajeno a contratiempos,
No embiste lapidario
Al que le negó abrigo;
Y le refrenda impávido
Fraternal compañía
Al pinar cuyo hálito
Soportó el seco otoño
Y el frío invierno pálido:
Igual el hombre libre
Reponer debe su ánimo…