Dikt Tiwanaku
No digas que no hablas con estas piedras
con el silencio desmesurado
en la abierta coagulación de los ojos
piedras no sólo piedras
con las alas abiertas
para no cruzar
la lacónica potestad del cielo
si tu mano está ausente
si tu mano cuánto hace que menguó en polvo
sobre los cuatro rincones de Akapana
-la vieja página si quieres-
dejándote como espera de la espera
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