Dikt Para cadáveres no estoy en casa
Viajante transitorio de lo cierto al incierto
Ante este sueño de vida,
Se agota la bruna torcida del tiempo
Sostenida en su frágil cuerpo esteárico
Adicto a su fantasía de luz.
Tus pasos al borde del trecho
Con césped y piedrecillas,
Solitarios, vagabundos,
De sino patronímico,
Transitan a través del aire otoñal
De la noche a punto de entrar
En el silencio doloroso, desengañado.
Subirás al vagón de fantasmas contemporáneos
Bajo custodia secreta,
A la sombra de prójimos intangibles,
Entre tantos miedos movidos
Y viejos pronósticos de enigmas en insomnio.
Mañana me dirás
Si mentía sobre ese último exilio,
Si mi pena es sólo un paisaje oculto en el horizonte,
Si es dulce o salado ese mar de la muerte.
Mañana me dirás
Si allá se hace huérfana la memoria,
Si oficialmente es largo el tiempo,
Si el luto del muerto persiste,
Si todos aquí somos metáfora de duelos y quebrantos
O alegoría de vivaces desvalidos.
Me contarás
Si espantan los espantos,
Si es cierto que allí se cura la amnesia de los sonámbulos,
Si existe la mala hora,
Si se quejan las almas, si se retuercen
Y el fragor de sus gritos devasta los oídos.
Mañana, mañana me dirás
Si fui sauce o pájaro en el esplendor de otra época,
Si hay tinieblas que acarician el delirio,
Si ha sido temeroso el baúl corazón,
Si los muertos se aman
O si taciturnos alucinamos aquellos ojos milagrosos
Y labios de otro mundo.
Pero si sabiéndola pierdo el aliento
No hay prisa para mirar afuera
El imperio de misterios y tormentos.
Mejor me fío
De la selva y sus troncos,
De montañas y puñados de suelo,
Del asombro y su paciencia sobrada.
Mejor confío
En el ritmo común de las hojas en movimiento
A la claridad de la luna,
En un río adornado de cielo en vista del ocaso,
En la pérdida absoluta.
Me fío
De ese único instante infalible.