Dikt Tierra araucana
Bajo rayos de la luna en una noche umbría con el calor de mi pluma escribo con alegría a esa tierra que es cuna de grandes en poesía y que han tenido fortuna fortunade de soñar en armonía tras la huella de ternura de una raza bravía. Tierra de Alonso Ercilla, el idealista del araucano, que no se rindió a Castilla y que defendió al hermano de la tromba en la conquista en suelo americano. Terruño de Juan Engaña de Cifuentes, de Lastarria, de O’Higgins, de Zapiola, luchadores en la historia de independencia española. País de grandes mujeres como Gabriela Mistral quien abolió los esquemas de la poesía tradicional sublimando los placeres y la belleza terrenal con temor a los poderes de un Ser Sobrenatural. Suelo natal de Neruda, de Huidrobo y otros tantos que su voz no quedó muda al ver escombros y llantos sobre la «Negra Laguna» de politiqueros natos que se esconden en la bruma para asustar con espantos. Tierra en forma de espada con un brillo refulgente donde se ve en la alborada el Ande del continente que sostiene cual columna la existencia de la gente. En su cielo iluminado con estrellas diamantinas se ve clarear El Salado con un manto de neblina que vigila cual soldado a Chile y a la Argentina. En pampas de Atacama, de imponente belleza, brota el nitrato de plata y el cobre de gran pureza que son orgullo de la raza que jamás siente pereza. En sus aires australes se oye la Cueca y la Samba con sonidos celestiales cuando dolor siente el alma las que animan a mortales y les devuelve la calma. ¡Oh, tierra Araucana!, paraíso del Universo donde se ve en las ramas la fertilidad del huerto saturado de manzanas, uvas, peras y cerezos; yo añoro que mañana se unan grandes esfuerzos y se luche en cuerpo y alma para lograr el progreso.