Dikt En sus corazones penetra la mirada de los duendes
En sus corazones penetra la mirada de los duendes
Y recuerdan los celajes de la infancia
La mirada crédula de un pájaro
Los rostros amados y ningún nombre
Todos los nombres y ningún semblante
Las horas de todas las lluvias en el cerro
La sombra persiguiendo el santiamén de un rayo.
Buscan el día en que el cielo parecía caerse
Y las casas viejas ser otra vez andamios
Con suficiente altura para silbar
Entre pánicos desiguales.
La diosa de la vida envía el rocío
Y refresca fotografías de familia en el atrio de la iglesia
Junto al mástil encebado o bajo la bandera
De quienes alanceaban rebaños de reses y ovinos
Cultivaban surcos con aparejos que les negaban reposo.
Ebrios de vista interior descuidaban el orden
Entre faldas de muchachas y aguardiente
Hablaban sobre el clima con las lenguas juntas.
Todavía poseen distintivo de contagiosa orfandad.
Resplandecen en todo sitio donde se arquea un eucalipto
Pare la oveja una nube
O improvisa el gallo su canto invertebrado.
Son justos cuando desafían al destino y riñen entre sí
Por aquello que siempre será un compás de espera.
El corazón en su avatar sin descanso
A veces se arruga como la piel.