Dikt Diario
A Julio Ramón Ribeyro
París en el crepúsculo, en los cafés
Taciturnos, en la prosa de los labios,
En un diario donde se anota la sed,
Donde se deja el miedo, donde
Se apacienta el corazón. Sigiloso
Recuento de pasiones, de destierros,
Fabuloso trayecto de pasiones
Y odas. Donde también se deja
Sentir el peso de los siglos, la fatigosa
Espina, la desolada senda
Por la que dejamos el paso tibio.
Un diario donde poner el beso,
La floración serena del alma,
Donde volcar la imagen del espejo,
Donde desenclavarse. Infancia
Malherida, reinos de palabras
Afortunadas, de citas y escrituras
Que retardan la muerte,
De exilios y armonías
Que cruzan las veredas abiertas.
Palmo a palmo la historia de la vida,
La voz que hace camino, el cerco,
La agonía, la amante luminosa,
La rueda milenaria de la historia,
Las virtudes, los vicios, los angostos
Portales de la memoria ausente.
Un diario donde mirarse y encontrar
Algo de nosotros, algo de nuestra fragilidad,
Algo de este viento y de esta duda inmarcesible,
Algo que nos sirva para seguir viviendo…