Dikt A viva voz
A los ríos que dejaron sus pechos en el mar
A la tierra de mejillas prolongadas como tripas
A la piedra madura que besa viento y camino
A las montañas maternales
A la flora y fauna decapitada por manos sangrientas
A los volcanes reprimidos
A la lluvia inconsecuente de los bosques y ciudades
A las aves con sus maletas y sus alas
A los desiertos enemigos del agua pura
Al vino que incendia la garganta del pueblo
A los hielos de entrañas frías y secretas
A los valles, a los cóndores
A todo lo que es parte de mí y de mi poesía
A ellos levanto mi lápiz
A ellos dedico la semilla de la noche
Mi soledad de araña que cae sobre la patria
Y sobre cada palabra que sale a mi paso
Mi voz enamorada de la primera y última gota
De mis hermanos
Mis labios color de fruta
Mis venas acariciadas por el sueño salvaje
Mi agonía incesante y profunda
Mi religión de aullidos desatados
Mi juventud sonora y definitiva
A ellos levanto mi puño como a una bandera
A ellos dedico el calor de esta brasa
De esta lágrima de Dios llamada Chile