Dikt Iv (libro de mario)
Mario amaba el cine
Poco menos que a Elena
Quien amaba a Mario mucho más que a la voz de Raphael
Mario odiaba las armas
Excepto si Clint Eastwood cortaba de un tiro la soga de la horca
O si Charles Bronson mataba delincuentes
Desde la ventana de una viejecita
Por ahí andaba su noción de justicia
Amar y odiar con equilibrio
Una noche
Los hombres de la causa le ofrecieron la inmortalidad en la línea de fuego
A Mario le bastó señalar a sus cuatro hijos
Para que ellos se marcharan con una mordida en el pecho
Otra
Llegó la Guardia a buscar armas
Y los niños dijeron que esas no son cosas para preguntar a los chicos
Y ellos se largaron
Con una vergüenza más en sus pesados cascos
Mario amaba a su moto poco más que a la bola 8
Pero una mañana
Elena recibió una bolsa con ropa llena de agujeros y sangre
Y corrió al hospital
A Mario nunca le devolvieron sus pantorrillas
Y la moto
En calidad de pieza de museo familiar
Se fue haciendo nostalgia enmohecida
Jamás se supo quién hizo gritar la metralleta aquella noche
Pero seguro que no fue Clint Eastwood
Seguro que no fue Charles Bronson