Dikt Perlongher ha vuelto a buenos aires
Ahora mismo, te acercas a la lumbre y te quemas
la boca con el mate hirviendo.
cuando musita la ventisca en la planicie de los espectros
Zanjas con huellas de sapo entre ortigas y
secreciones de babosas
Cómo caminarías ahora Néstor Perlongher en el páramo
rumbo a Tarija
si mantuvieras tu propio lenguaje anarquista
con la consternación de aquellos provincianos
al ver que dos individuos
se rozan los labios como dos enamorados,
Un sollozo se notaría chispear en tus pestañas inmóviles
y el aroma de licor saltaría como un arlequín desordenado
danzando en una rúa transitada
Yaces más femíneo que galán en las fotos de Internet
en los años más íntimos y difíciles
Eras muy joven para ser tan breve
Avellaneda queda lejos de esa distancia que recorres
del Sao Paulo ofensivo después del coqueteo.
Víctor Redondo me ha dicho que te visto hace poco por Corrientes
caminando apresurado con un fajo de papeles
hacia el Bar o Bar en Reconquista con Tres Sargentos
donde esperan Miguel Briante, Osvaldo Lamborghini, y Carlos Jauregui
La manada devora maní, con las mismas figuras de siempre,
el dedo del medio revuelve los hielos del vaso de wiskey
Llueve intensamente en la ciudad y uno se olvida de la hora,
del tiempo:
se destroza el cuerpo minuto a minuto en la vida y en la muerte
Ahora mismo, te arrimas al rescoldo y se impacientan
tus labios con el mate ardiendo.
cuando masculla el vendaval en la explanada de los vulnerables.