Dikt Sorbitos de cafÉ
Nadie sabe su procedencia (…)
Dicen que vino del mar
Cubierta de brumas.
En su piel traía perlas negras
Y tesoros hurtados por Drake.
Tiene el mar en su lengua;
Esa mujer enigmática
Que debería parecerse a todas
Se empeña en ser distinta (…);
Es extraña como el bambú
Del Viernes Santo y franca como la entrega
De los perros callejeros;
Es dulce y apetecible
Como un te quiero entrecortado.
Esa mujer no es tan distinta a las otras;
De vez en cuando sueña cosas imprescindibles;
Se mira en el espejo; toma sorbitos de café
Mientras se pinta los labios jugosos
Y luego sale a enfrentarse con el mundo.
Sus congéneres, casi siempre, chocan
Con ella sin que esté en el medio.
A ella le gusta el cundiamor, los jobos,
Las tisanas y el mar de afuera.
Escucha a Juan Luis Guerra,
A Enrique Chía, y a Mercedes Sosa.
Esta mujer es todas las mujeres de otras épocas;
Lleva en su bolso su historia:
Una ramita de olivo, un abaniquito nacarado,
Un jabón Maja, y unas hojas amarillentas.
Esta mujer se bebe el llanto de los sauces
Y sus ríos internos crecen impetuosamente.
En su ignota memoria encontramos
La partida de Ulises, la Relatividad de Einstein,
Las Guerras Mundiales, el Holocausto,
Las computadoras, el amor de Penélope,
Los hijos de la violencia (…)
Y a ella le duelen y le pesan esas memorias.
Esta mujer es un poco huraña…
Ella que debería parecerse a todas las mujeres
Desea intensamente ser distinta;
Lleva todos los hombres adentro;
La siguen hasta la cima; ella guarda un secreto (…)