Dikt El paisaje
A Yezid Morales Ramírez
El olor de los pinos me seduce
– el revolotear de sus fragancias por la Terra –
Hay una hendidura en el espejo
Y de ella emanan los mundos subterráneos
Como un cántico del cosmos por las sombras.
El olor de los abetos me levanta;
La resina es la música del Cafhíe y de los toches
Y no he encontrado otro lenguaje más sutil y generoso
Que el que entonan las colmenas
En los bordes y en las aristas de la muerte.
El olor de los yarumos
Me resucita y me reencarna.
Una parvada de árboles y hojas
Desciende por la tierra
Marcando la brújula del tiempo
O la cascada estrepitosa del suicidio.
¿Este es el camino del gran viaje?
¿Sabes en dónde estamos?
¿Cómo hacer para llegar a las orillas?.
El rumor oloroso de las piedras
Marca ese principio.
Me dejo llevar por las alturas
Por el viento sostenido de la roca
Por el canto monocorde de los ceibos.
He llegado a Schuaima por medio de sus hojas;
Aquí me quedo como un barco plegado de velámenes y olores.
Preso de muchas sensaciones, de vinos y maderas
Resucito de las viejas recaídas,
Víctima del árbol y sus espermas
Tejo los hilos de las horas en los bordes del espejo:
El olor de la araucaria me ilumina
Me prolonga en este viaje por la tierra
Por las orillas fantasmales de la muerte
Recostado en los anaqueles de la historia.