Dikt El hogar de mi padre
La fronda ha vestido a las colinas y un remanso de azules decora el cielo con serenos cristales,
Hay paz en la Casa de mi Padre.
Aquí las almas y los crepúsculos se mezclan, hay fuerza y fe y los sueños abren sus horizontes al corazón.
¡Aleluya!… Ya estamos en la casa de mi Padre, es el tiempo para conservar y amar. Es el tiempo para la paz.
Aquí no hay codicia ni manjares delicados.
Es un lugar donde la sabiduría construye y la experiencia se consolida.
En este lugar la lámpara de los impíos se apaga. La respuesta es justa, los muros de piedra caen como plumas.
Aquí no hay altanerías ni platos llenos de discordias.
Los hijos sabios son la alegría de sus padres.
¡Aleluya! Ya estamos en la casa de mi Padre. Nadie insulta ni se burla de los pobres,
Las malas lenguas caen en desgracia, no hay dobleces ni se devuelve mal por mal.
Que maravilloso es el Señor…su fuerza es soberana…para El nada es imposible.
La alegría corre invencible sobre las calles y los montes.
Cantamos libres. Yavé nos enseña los caminos.
El pide cuentas a los orgullosos y de sus ídolos no queda nada.
La soberbia se esconde en los huecos de la tierra.
¡Aleluya!… Ya estamos en la casa de mi Padre
Hay un iris pintado de plumajes, nidos extraños y estrellas de colores alegres.
No hay fieros dragones ni hombres que jueguen a ser dioses.
Hay justicia para los huérfanos y protección para las viudas. No hay ofrendas inútiles, ni sacrificios.
Veo mis manos y mis brazos y no existen huellas
Ni visibles rastros. Dios es grande…sólo su voz me llama y su fuerza domina todos los espacios.