Dikt Ausencia de guarina rodríguez
Llueve con tristeza sobre las cuatro de la tarde.
Llueve sobre el hueco que debió
Ilustrar tu cuerpo de palisandro, inaprehensible,
Donde terminaran mis manos a horcajadas.
Llueve rápido, ruidoso, con sentimiento de ruinas.
Llueve aquí en mi corazón trapecista,
Porque tu credo se mueve al son de otra basílica,
De otras empobrecidas mareas.
Llueve cal, salitre o arena ante tu indefensión
De ultramar, el ferryboat guarda en tus ojos
Un arcoiris de gelatina bueno y válido
Para el próximo escalofrío.
Llueve con mucho feeling, de ahí ahí,
Entre los pliegues de tus sabanas acalambradas.
(Las sabanas que guardan
Las miserias del ultimo inquilino).
Llueve, con frecuencia modulada, una minuta
Del verano en tus muslos, en tus caderas.
Llueve un sarampión de agujas ebrias,
imantadas, paralelo a tu sueño deshecho
En cama de tormenta. Llueve de abajo
Hacia arriba hasta cubrir tu nombre,
Hasta borrarlo. Llueve a cántaros entre los hilos
Del contestador telefónico, digo el silencio,
La censura, la telaraña. Llueve con mala fé,
Con mala leche. Llueve a intervalos nones
Sobre una cadena de ceros tautológicos
En el mar de tu angustia sin fin. Llueve a tono
Con tu miedo de lagartija de ojos saltones,
Saltarines, sal si puedes. Llueve lujuria, delirio,
Frenesí: esto da sexo por todas partes.
Llueve muy hondo, en voz baja, sin límites
Ni comentarios marginales. Visto y comprobado
El caso, llueve contra tus senos meditabundos,
Huraños y convincentes, que huyen bajo
Una blusa de pecados mortales.
Llueve ausencia contra el reloj
De arterias imperfectas.
Llueve con prosapia de Caribe aborigen.