Dikt El destino eterno de las almas
(Mensaje de un Espíritu al hombre que
Busca la verdad en libros de hombres)
Almacenar conocimiento ajeno
A través de lecturas sin probanza
Ha dado al mundo el infernal veneno
Del fanatismo, padre de asechanza.
El aceptar con crédito infalible
Lo que en libros ha sido conservado
Como una auténtica verdad legible,
Es rendirle el honor de hecho probado,
Y cierra el hombre su entender abyecto
Al no abrir de su fuente el libre flujo
Del claro razonar con juicio recto,
Como si hacerlo así tornara en lujo,
Y es como niega a su íntimo YO SOY
El respeto a sus sabias conclusiones,
Que, sin la influencia del saber de hoy,
Al que decide oír da sus razones
Siempre en efluvios de un saber divino
Apenas parecido a la Escritura,
Que aunque también es libro y de Dios vino
Tratar de comprenderla es la locura.
Tener oídos no es tener dos audios
Sino disposición a buenas nuevas
Y éstas son trasmitidas con los baudios
Que el YO SOY lanza sólo a santas glebas;
Esas tierras el hombre las cultiva
Con bondadosa acción en su despego
De aquello que lo aleja de la viva
Y productiva huerta del labriego,
Quien sabio decidió pensar profundo
Leyendo poco, meditando a diario,
Y despreciando el brillo de este mundo
Que podría volverse su calvario.
En el silencio de la noche oscura
Recorrer mentalmente vías tranquilas,
Nos acerca al YO SOY con dicha pura
Atendiendo el tañer de sus esquilas.
De almacenar dejemos la inmundicia
Sorbida en silenciosas bibliotecas,
Tiempo es que nuestra fuente sea delicia
Que bañe con su luz las hojas secas.
Ese conocimiento limitado
De ajenas luminarias eruditas,
Desvía el alma del sitio preparado
En mansiones celestes y benditas.