Dikt Lo que me dijo un anarquista adolescente
(Este proyecto no es original. Me fue comunicado por E. B., obispo en sus ratos de ocio,
Quien a su vez lo recibió de labios del anarquista adolescente que menciono, de oficio retratista)
No matéis a los curas, pueblos que despertáis y caéis en la cuenta
De la estafa más grande que edad alguna oliera.
Por el contrario estimulad su cría,
Cebadlos uno a uno con esmero acucioso.
Así podréis ir luego montados en curas gordos al trabajo
-la gasolina siempre tiende a subir-,
Dejarlos amarrados a la puerta del bar,
Decir – oh desdeñoso ancestro que os resurge –
Que el vuestro está más brioso que los otros mostrencos.
Los domingos llevaremos a los niños a las carreras de curas
-único juego de azar que será permitido –
En las cuales brillarán los descendientes pur sang de los obispos.
Habrá curas de tiro y carga, curas trotones, curas sementales,
Y tendrán los establos olor a santidad.
Los curas inservibles serán embalsamados
Y vendidos como adornos de salón:
La tonsura podrá servir de cenicero.