Dikt ElegÍa a la Ñuke mapu en el 2053
Volverá otra vez la gente a marchitarse inquieta en la osamenta.
Otro estiércol germinará como hongo de la ceniza y
De la profanación de la atmósfera.
Padecerán los organismos y los afectos se ejercerán con voracidad y barbarie,
Nacerán entonces, alejados del homo sapiens, otros hombres
Y lentamente perderemos la identidad que tuvimos con la naturaleza,
el sistema solar y el fuego.
Otro humus emergerá del polvo y de la contaminación del aire
Apestarán los cuerpos y los amores serán crueles e irracionales.
¿Por qué la peste, el morbo por la sangre y la cánula expuesta en la vena
Y desquiciar el instinto?
Vivimos en una era vanidosa de indiferencias y de espejismos,
No poseo otro manejo del sentido que vivir en este mismo entorno
Y disimular la repugnancia de caducar antes de tiempo,
De envejecer con el esqueleto encorvado en medio de la mierda
Huelo los pétalos de las fresias, delicadamente tiento sus capullos y sus hojas
Y detengo la mirada en cada objeto que conozco
Para no olvidar mi circunstancia.
Los efímeros nos olvidamos de la fragilidad del planeta,
Por eso las plagas, el contagio por el plasma y la jeringa clavada en las arterias
Para soslayar la legitimidad de las cosas.
La realidad es agobiante al despertar en las mañanas
O al intentar dormir de noche con somníferos.
Convivimos en una época engreída de apatías y de figuraciones.
El individuo no reconoce ya su lugar en la escala zoológica
Y no puede sentir más el resplandor del relámpago, el susurro de los ríos y de los bosques con el viento,
porque la Ñuke Mapu* agoniza
y los presuntuosos
la vejan día a día como si fuera una golfa.
*»Madre Tierra» (en Mapudungun)